Así empezó todo

La sesión del lunes, 15 de mayo, la dedicamos a la creación del mundo. O más bien, a la recreación del mundo. Tomamos como referencia el libro Así empezó todo "34 historias sobre el origen del mundo", de Jürg Schubiger y Franz Hohler y con ilustraciones de Jutta Bauer.
Reproducimos aquí dos de las historias de dicho libro:



La puerta

Al principio, todo estaba oscuro.
No podemos saber durante cuánto tiempo, porque todavía no existía el tiempo. Pero en cierto momento, la luz del amanecer, o del atardecer, iluminó una puerta enorme.
¿Cuántos tiempo llevaba esa puerta allí? ¿Mil, cientos de miles, millones de años? No había nadie para mirar el calendario.
Entonces, de repente, un crujido rasgó el vacío, la puerta se abrió lentamente y un gran pájaro negro asomó la cabeza por la puerta. Abrió el pico, graznó con fuerza, y el espacio que le rodeaba empezó a iluminarse. Detrás de la puerta se notaba actividad. La vida estaba en pleno funcionamiento: las estrellas, las nubes, los animales y las plantas; más tarde, también los seres humanos.
El gran pájaro negro se fue volando y dejó la puerta abierta.
Nadie sabe cuándo volverá para cerrarla.

La diosa

Al principio, antes de que el mundo fuera creado, Dios paseaba por la Nada buscando algún sitio en el que hubiera algo. ya casi había perdido la esperanza, y estaba muerto de cansancio cuando, de repente, se dio cuenta de que estaba delante de una enorme cabaña. Llamó a la puerta, y una diosa abrió y le invitó a entrar.
Le dijo que en ese momento estaba ocupada con la Creación, pero que si quería podía pasar y ponerse cómodo mientras ella seguía trabajando. Estaba a punto de meter unas plantas acuáticas en un acuario.
Dios se sorprendió muchísimo al ver lo que estaba haciendo. A él nunca se le habría ocurrido crear algo como el agua.
-Pues justamente el agua es, por así decirlo, el origen de la vida -dijo la diosa, sonriendo.
Al cabo de un rato, Dios preguntó si la podía ayudar en algo, aunque solo fuera un poquito, y la diosa contestó que le haría un gran favor si se llevaba el agua, y todo lo que ya estaba preparado, a un planeta que acaba de crear, llamado Tierra.
A modo de ensayo, era mejor empezar con lo más insignificante. Así que Dios empezó a sacar de la cabaña, una a una, todas las cosas y seres que la diosa le iba indicando, para colocarlas sobre la Tierra.
¡A quién le puede extrañar entonces que los habitantes de ese planeta solo conocieran al Dios que había traído todas las cosas a su plantea y que le tomaran por el auténtico creador!
Pero ya iba siendo hora de que alguien mencionara la existencia de la diosa que realmente tuvo la idea.

La propuesta de escritura consistía en escribir sobre el inicio del mundo, sobre la creación.
Estos son los trabajos de algunos de los participantes en el taller.


Al principio

Al principio no había nada, y así fue durante mucho tiempo. No sabemos cuanto.
Un día Dios se levantó alegre y cantarín por la mañana y decidió hacer algo definitivo para entretenerse.
Como podía crearlo todo empezó nada menos que con el Universo y eso le llevó mucho tiempo.
Fabricó estrellas, constelaciones, satélites, planetas.
Un día se fijo en un de los planetas que destacaba de los otros por tener un color azul muy llamativo. Se fijo mejor y vio que era por estar rodeado de agua y porque en ella se reflejaba el azul de su cielo y como destacaban unas islas flotantes decidió llamarlo Tierra. Le gustó tanto que se puso a llenarlo de montañas, de arboles, de flores y de todo tipo de animales. Al principio, todo lo hacia muy grande porque no tenia referencia ninguna de los tamaños y eso ocasionaba grandes problemas de espacio. Después fue haciéndolo todo mas pequeño, poco a poco. Y le dedicó, mucho, pero que mucho tiempo, cientos de miles de años o más.
Pero se seguía sintiendo insatisfecho porque ninguna de estas cosas lo sacaba de su nada originaria. Así pues, decidió crear un ser a su imagen y semejanza.
Y creó al primer hombre y lo llamó Adán.
Ahora, todo estaba mucho mejor. Ya tenia con quien hablar, alguien le obedecería y lo adoraría, como Ser superior, Creador de todo lo visible.
Al cabo del tiempo, como Dios seguía terriblemente ocupado con su creación, Adán le pidió otra persona para compartir también él y Dios creó a Eva.
A partir de ese preciso momento, cambió todo.
Adán dejó de obedecer a Dios y de reconocer sus méritos. Ahora, sólo obedecía a Eva, sólo tenía ojos para ella. Y ésta no paraba de mandarle recados y de interesarse por todo lo que hacía. Que si dónde se había metido, que si no la había llamado, que si no le había traído esto o aquello. Y comenzaron las discusiones y las desavenencias y el Paraíso se convirtió en un infierno.
Y Dios se cansó de tanta bronca y de que ya no le hicieran caso y decidió echarlos del lugar en el que vivían, el Paraíso.
Desde entonces, el hombre busca dioses como un loco, enfebrecido y rabioso, porque ha perdido toda referencia de lo que es vivir en paz como en el origen de los tiempos.

Carmen Alonso


Así empezó todo

Al principio…
No había “ni dios”…
Todo era nada…
Entonces llegó ÉL y se invistió con la corona del todo…
Y todo se fue haciendo poco a poco, como tomándose una cerveza sorbo a sorbo…
Con el primer sorbo hizo el mar… le gustó… y lo adornó con peces y plantas marinas…
Al segundo sorbo hizo aparecer los cielos… también le gustó… lo adornó con planetas, estrellas y galaxias…
Se lo estaba pasando bien… dio un tercer sorbo y creó la tierra con bosques, montañas y verdes praderas… “¡qué guay!...” con unos cuantos animales quedó más animada…
El cuarto ya no fue un sorbo, fue un trago “en condiciones”… y lo vio claro… hizo a laMUJER… y le gustó, vaya que si le gustó… entonces a su imagen y semejanza hizo al hombre…
Lo que pasó después… ¡¡¡ LE GUSTÓ MUCHO MÁS !!!

Vicente M. Martín


Historia real de la creación del mundo

Al principio no existía nada, la Tierra era el único planeta del universo que estaba pelado, no tenía agua, ni animales, ni arboles, no tenía nada de nada. Dios como sumo creador, encargó al equipo de marketing del universo que la dotara de vida propia, probando primero en una zona, para luego si todo iba bien copiarlo en otras partes de la Tierra.
Así fue como el equipo de marketing diseñó, montañas, ríos, árboles, peces y animales de distintos tamaños y colores; durante un tiempo dejó que todo siguiera su curso libremente .y comprobando que empezaba a existir un poco de desorden, tuvo la genial idea de crear a una mujer, dotada de sabiduría infinita y capacidad de organización, para que todo funcionara correctamente..
Esta parte de la Tierra donde hizo la experiencia piloto, era el llamado paraíso terrenal. Pero la mujer viendo que todos los animales tenían pareja y se reproducían, un buen día solicitó a Dios le creara a ella algo parecido, y así fue como apareció en la Tierra el hombre.
Pasado un tiempo prudencial, y viendo que todo iba viento en popa, volvió a solicitar al equipo de marketing, que este experimento lo trasladara a otras partes de la Tierra distantes entre si. Como habían cambiado las personas que hicieron el primer proyecto y los nuevos diseñadores no se acordaban bien, crearon nuevos animales , nuevos peces, nuevos árboles, parejas de otra raza y color.
Volvió a correr el tiempo, y resumiendo llegamos a nuestros días, donde producto de las migraciones, las razas empezaron a mezclarse. Pero hubo una que desde su creación prevaleció sobre las demás, la mujer, la cual ha ido atesorando cada vez mas sabiduría y control sobre el resto de los mortales, siendo esta la razón de que todo funcione como un reloj.

Luis Iglesias


La nada creativa

Al principio, la nada era realmente nada. Poco a poco, se fue bañando de pequeñas gotas de lluvia deseosas de vivir . Vació su yo en un espacio de luz, de color y de sombras.
Posteriormente, la nada se identificó con un cuerpo animal que yacía en un planeta aún por descubrir.
Con su imaginación, la nada, disfrazada de humano, perfiló al hombre para gozar por los caminos de la piel.
Por fin, la nada pensó: soy materia, he descubierto la libertad de soñar, de transformar y realizar proyectos en la tierra. El mundo comienza a existir. La idea de crear permanecerá siempre en el cerebro humano.

Sofía Montero


Génesis

Al principio era el UNO, y en Él todo era.
Jamás existió la NADA, excepto si NADA y UNO, se consideran una misma palabra, una misma esencia, una misma verdad.
Siempre fue el UNO, y en Él todo era.
Jamás existió la NADA, excepto si NADA y UNO, se consideran una misma palabra, una misma esencia, una misma verdad.
Como arriba era abajo, como dentro era fuera. Y todo estaba bien.
Al principio era el Ritmo, el pulso de un verso, y en él todo era.
Siempre fue el Ritmo, el pulso de un verso, y en él todo era.
El "uni-verso" fluía y refluía. Vibraba libre. Su movimiento sostenido y continuado diluía los opuestos. El canto era su causa, la igualdad su efecto. Y cuanto se creaba era bueno.
Árboles, montañas y mares...
Ríos, estrellas y valles...
Lunas y soles.
Monstruos marinos y aves rapaces.
Desiertos, hielos y corales... se consideraban una misma palabra, un mismo trino, una misma verdad.
Y todo estaba bien.
Y porque todo estaba bien...
Al séptimo canto del séptimo canto del séptimo canto, el UNO descansó. Descanso que estranguló el sinuoso sueño de una serpiente. Sierpe sibilina que entre susurros, susurró: "soy".
El "uni-verso" se fraccionó.
El árbol olvidó su sabor a mar, la mar sus bosques frondosos. La Nada su orden fonético.
Alrededor de un susurro, una polifonía desafinada y ciega proclamó el nombre de Adan. Sin armonia, todo era ruido.
Como arriba dejó de ser abajo. Como dentro dejó de ser fuera. Ajeno al Ritmo, el caos vomitó su linaje.
Los hijos de la serpiente crecieron y se multiplicaron. Su ombligo fue su nido.
Alrededor de un susurro, el yo se convirtió en frontera infranqueable, la nada se hizo Adan, y comenzó el exilio.
Al principio era el UNO, y en Él todo era.
Al séptimo canto del séptimo canto del séptimo canto, el UNO descansó.
Ajeno al Ritmo, el caos se hizo padre y los nidos se multiplicaron.
Un día, el trino de un ave, un ave nacida de uno de esos nidos, pondrá fin a ese destierro. Su gorjeo sostenido y continuado diluirá los opuestos. Su canto será su causa, la igualdad su efecto. Y cuanto se cree será bueno.
Como arriba será abajo. Como dentro será fuera. Y todo estará bien.
Porque el Paraiso vive en la voz de un recuerdo por venir. Memoria donde la NADA recupera su orden fonético y el UNO es, y en Él todo vuelve a ser.
Porque el Principio vive en el tarareo acompasado de un ave que aunque conoce que Eva es su nombre, sus plumas saben a mar y en sus ojos habitan los monstruos marinos que pueblan los bosques y su vuelo es un árbol que fluye entre lunas y soles, desiertos, valles y corales. Porque en el Principio todo es la misma palabra, la misma esencia, la misma verdad.
Al Principio era el Ritmo, el pulso de un verso, y en él todo era.
Siempre fue el Ritmo, el pulso de un verso, y en él todo era.
La serpiente sabe que el ave del Paraíso se llama Eva, por eso, sin descanso la corteja.

Ana Isabel Fariña


La creación del mundo

Al principio fue la música, de eso estaba seguro. Cada día, cada amanecer volvía a crear el mundo a golpe de baile, en una danza febril que bajaba por su cuerpo hasta la calle, inundando los semáforos, las aceras y avenidas con el ritmo esquivo del violín o la huida del acordeón tras el clarinete en aquella canción, "yossel yossel", que traspasaba su cabeza mientras iba soplando en el aire un montón de palabras, como trazos de humo que no significaban nada: ni pájaro, ni elefante, ni árbol, ni puente, ni mañana, ni autobús, poema o Eva aleteando en la ventana...
Al rato, pájaros, adanes, elefantes, evas y ventanas se agolpaban a su alrededor mientras la gente se paraba por la calle a observar como iba creando el mundo, cada vez más animado en un revoltijo feliz de objetos, sensaciones, animales y colores.
Aunque sólo él sabe que, cada noche en la oscuridad de su cuarto, al apagarse las luces a las 22 horas, mientras su compañero mira distraído la puerta de la habitación, no son las cosas ni las personas o los azares sino las palabras de una canción silenciosa las que le crean a él cada día una y otra vez y no precisamente bello pero sí vivo, muy vivo, tan vivo que duele.

Enrique Galindo

3 comentarios:

  1. Carmen: Ese Adán me parece un poco “bobo”, claro que así nos luce el pelo… “si de tal palo tal astilla”… Ah! que era la “costilla”. ¡je…je! Muy bien, Carmen

    Luis: Tampoco hay que pasarse… “siendo esta la razón de que todo funcione como un reloj”. Pero sí estoy de acuerdo contigo “la mujer es maravillosa”. Muy bien, Luis

    Sofía: Esa “Nada” para ser nada se las sabía “Todas” y hasta pensaba. Muy bien, Sofía.

    Ana: “Porque el Principio vive en el tarareo acompasado de un ave que aunque conoce que Eva es su nombre, sus plumas saben a mar y en sus ojos habitan los monstruos marinos que pueblan los bosques y su vuelo es un árbol que fluye entre lunas y soles, desiertos, valles y corales. Porque en el Principio todo es la misma palabra, la misma esencia, la misma verdad.”
    El mismo comentario que hice en la tarea anterior lo reafirmo para esta (tu sensibilidad me hechiza, tus palabras me hipnotizan). Muy bonito, Ana.

    Enrique: Muy bien, me gusta tu estreno en el blog.

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    1. Vicente, gracias por tus amables y motivadoras palabras. Es un placer escucharos cada lunes y ver con que facilidad creáis un poema o una historia en apenas unos minutos, la pasión que ponéis y el profundo respeto con el que escucháis a los demás (incluso cuando se pierden y son incapaces de entender su propia letra, como me pasó a mí la otra tarde).
      Me gusta pensar al leeros en este blog que todas las historias son como teselas de un mosaico con diferentes colores, texturas y motivos pero que sólo cobran sentido al mezclarse en la mirada del que lee; sobre todo cuando pasa el tiempo y aún sigues pensando en ellas. Como escribe Fernando León de Aranoa "que los finales sean felices a veces y a veces no, que sean abiertos, sencillos, amargos, que sean hermosos o trágicos, que sean como quieran o como quiera que deban ser los finales, pero que sean siempre un principio".
      Os pido disculpas por mis leísmos. Es difícil de explicar pero no puedo evitarlos. Es una atracción fatal... Saludos.

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