Carta al señor futuro

La sesión del lunes 29 de junio -última del curso- la dedicamos al futuro y la iniciamos con una cita de Eduardo Galeano: "Sigo creyendo que hay un derecho al delirio, a clavar los ojos más allá de la infamia, a adivinar otro mundo posible, el derecho por el que vale la pena luchar, el derecho de imaginar el futuro en lugar de aceptarlo, el derecho a hacer la historia en lugar de padecerla, ese es un derecho humano por más que sea difícil conquistarlo"

El menú de la tarde estuvo formado por los textos "El futuro es espacio" de Pablo Neruda, "Lento pero viene" de Mario Benedetti y "El futuro" de Ángel González que nos sirvieron de entrantes. Como primer plato degustamos el poema "Carta a Huidobro" del chileno Gonzalo Rojas y el plato principal llegó con la firma de Eduardo Galeano "Carta al señor futuro":




Estimado señor Futuro, 

De mi mayor consideración:
Le estoy escribiendo esta carta para pedirle un favor. Usted sabrá disculpar la molestia.
No, no tema, no es que quiera conocerlo. Ha de ser usted un señor muy solicitado, habrá tanta gente que querrá tener el gusto; pero yo no. Cuando alguna gitana me atrapa la mano, para leerme el porvenir, salgo corriendo a la disparada antes de que ella pueda cometer semejante crueldad.
Y sin embargo usted, misterioso señor, es la promesa que nuestros pasos persiguen queriendo sentido y destino. Y es este mundo, este mundo y no otro mundo, el lugar donde usted nos espera. A mí, y a los muchos que no creemos en los dioses que nos prometen otras vidas en los lejanísimos hoteles del Más Allá.
Y ahí está el problema, señor Futuro. Nos estamos quedando sin mundo. Los violentos lo patean, como si fuera una pelota. Juegan con él los señores de la guerra, como si fuera una granada de mano; y los voraces lo exprimen, como si fuera un limón. A este paso, me temo, más temprano que tarde el mundo podría no ser más que una piedra muerta girando en el espacio, sin tierra, sin agua, sin aire y sin alma.
De eso se trata, señor Futuro. Yo le pido, nosotros le pedimos, que no se deje desalojar. Para estar, para ser, necesitamos que usted siga estando, que usted siga siendo. Que usted nos ayude a defender su casa, que es la casa del tiempo.
Háganos esa gauchada, por favor. A nosotros y a los otros: a los otros que vendrán después, si tenemos después.
Le saluda atentamente,
Un terrestre

Cerramos la sesión con una referencia al blog "Carta a mi yo del futuro", en el que nos invitan a dialogar con nuestro yo futuro.

La propuesta de la semana consistió en escribir una carta al futuro, tal y como hace Galeano.
Estos son los trabajos presentados por algunos de los participantes en el taller:


Carta al señor futuro
Tecnología Punta

La noticia ha corrido como la pólvora. M.P., estudiante de 2º curso de ingeniería informática de la Universidad de Salamanca, ha creado una aplicación para móviles, en la cual predice el futuro de las personas, para los próximos 10 días.

Mediante un test individualizado, y probado en 100 personas de distintas nacionalidades, el éxito ha sido del 100%.

Se han desplazado a Salamanca, directivos de las principales operadoras del mercado mundial de móviles, orange, vodafone, ono, movistar.

M.P., ante el revuelo formado a nivel mundial, se encuentra en paradero desconocido; más, cuando sus propios compañeros comentan, que esta aplicación estaría ya obsoleta, pues tienen pruebas de que ha obtenido el 100% de fiabilidad para predecir el futuro para un año, en personas y empresas.

Representantes de la Iglesia, han puesto el grito en el cielo, y han dicho que el futuro está en manos de Dios.

Luis Iglesias


Señor Futuro:

Necesito saber la finalidad de mi vida.
Mi tiempo huye del momento para buscar una intensidad de proyectos,
que el futuro me adelanta.
Los colores embellecen la alegría a las horas venideras.
Silencios, a lo largo de los días, analizan injusticias cotidianas.
Señor Futuro, ¡Cuánto me gustaría descubrir la verdad de las palabras
en cada uno de los que me rodean!. ¿Serás tú quien me ayudes a vivir este deseo?.
Los días envejecen, cuando nuestros hábitos no se tiñen de sorpresas para
innovar el presente.
La vida se hace tiempo y voz en un instante.
Solo el futuro, mi Señor, decidirá mis actos.

Sofía Montero


Señor Futuro:

Esta mañana al despertarme te soñé… pensé en ti, pensé en mí…
Pasado, presente y futuro bullen en la cabeza, enturbian la mañana de verano calurosa…
Pero a ti futuro, mi futuro… te soñé… te vi satisfecho, caminabas por algo parecido al horizonte, con árboles de un verdor pegajoso e intenso que dominaba todo y contagiaba a unos verderones curiosos que te acompañaban en su vuelo de abrir y cerrar alas, de subir, de bajar, como la vida siempre subiendo y bajando. Estabas allí, vestido de color rosa con toques azules en los bordes, parecías una estrella, no te temía, parecías joven y esbelto, pero las arrugas bajo esos ojos curiosos, cansados de tanto mirar a los lados, se marcaban irremediablemente. Ahí, en ellas, en las arrugas se acumulaba el cansancio, ese cansancio que hay cuando muchos futuros como tú, han pasado a diario por ese mismo camino parecido al horizonte… que es mi camino, que es mi vida…
Pero hoy te sueño, futuro, te sueño mientras cabalgas en un dragón mágico, salido de los cuentos creativos de la Casa de las conchas, vuela que vuela entre nubes, esquiva que esquiva a estrellas de siluetas graciosas, todas curiosas por saludar, en un volar plácido, como mecido por unos brazos de madre tierna que besa entre los ojos. Quiero soñar futuros rosas y olvidar pasados turbios de miedos y desesperanzas. Quiero andar siempre por futuros de fantasías en compañía de Alicia y sus maravillas… No quiero realidades, quiero sueños…
¡Ay futuro, mi futuro! Nos juntaremos con la muerte después de mucho cabalgar o poco y viajaremos juntos hasta la nada.

Vicente M. Martín


Soplo de lodo

Soy soplo de lodo. Aliento de grana. Semilla de barro. Brote que fecundó la caricia del aire al rozar la tierra húmeda. Me abonaron con creencias. Me regaron con fantasmas. Crecí abrazada a una guía: un pensamiento lineal, una razón sin esquinas que cinceló mis pasos. Florecí y entoné un salmo. Un canto medido y pesado. Un trino sordo al gorjeo que se ocultaba en un grano. Una voz sin fuego. Un verbo que se entregó a un cauce sin saber lo que su simiente ocultaba: el mundo entero en cada pisada.

Tardé en ver que el infinito no conoce el tiempo, que el predio donde se extendían mis ramas era una ilusión, un espejismo que yo en ocasiones quería imitar y en ocasiones quería quemar. Dos extremos de una misma palabra. Tardé en entender que tanto mi acomodo como mi rabia, eran el maná que daba cuerda a su reloj de mentira y brillo al paisaje que grita: “Soy todo. Sin mí no hay nada”. Trueno que en su clamor amordaza el reclamo de las alondras que viven en el pecho de una nuez, en el alma de un alma que flota en el agua.

Dejé mi rastro, un aroma que corría tras el sol por la noche y anhelaba la luna cuando el rocío anunciaba la mañana. Un perfume que cumplía con el absurdo cúmulo de afanes que le hacían mirar a un horizonte que nunca llegaba porque siempre había otro que vestía su línea con nuevas rayas.

Hoy navego en paz. Soy paso de huella clara. Abro el camino con calma. Dejo que fluya la cascada que dormía aprisionada. Escucho al viento que me habla. Duermo en la tierra húmeda que pugna por ser hogar: casa sin puertas, sin lindes, ni murallas. Con el peregrino que llega a mi morada comparto lo que tengo, que es todo porque es nada. No busco desvelar el secreto. Con respirar el misterio me basta. Río si la alegría me abraza, y si me elude, buceo en el gorjeo que esconde el mundo en una nuez de agua.

Hoy dibujo un árbol en un lienzo sin líneas, ni rayas, y el horizonte se acerca y se funde con cada pincelada. Es un tejón, un castaño y un haya; es un abedul y un peral y una acacia… Hijos del soplo de lodo que por no conocer el mañana abren su alma en cada pisada. El imposible se esconde en la voz de fuego que sabe que en el pecho de su simiente el reloj se para. Entonces, rama con rama el cauce se ensancha y el río fluye sin rabia.

Ana Isabel Fariña

2 comentarios:

  1. Mi agradecimiento, reconocimiento y admiración por su extraordinaria labor a Raúl Vacas Polo, “Elmaestro” “Mimaestro”

    Luis:
    Magnífico Luis, realidad palpable, ironía e ingenio… no se puede pedir más. MERVEiLLEUX.

    Sofía:
    “La vida se hace tiempo y voz en un instante.”
    Buena invocación al Señor Futuro. Genial.

    Vicente:
    ¡Majete! Hay que repasar un poco más lo que se escribe… todavía no lo has aprendido, pues va siendo hora… A repetir curso. “curioso” repites tres veces… ¿no sabes que hay un diccionario de sinónimos en internet???... y los ripios… En nada que te dicen dos cosas bonitas, vas y te las crees… Repasa, repasa… si no lo llevas mal, pero a veces espesas… Nada nada a repetir… nos vemos el próximo curso… ¡Majete!

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  2. Ana:
    Bello poema de factura impecable, porque es un poema… Las imágenes y figuras se van creando con esmero y cuidadas palabras como un arroyo que fluye limpio y claro desde una lejana montaña y en cada recodo de su camino deja una sonrisa y una lágrima… Verdadero regalo creativo para despedir curso. Enhorabuena… Usted sí que pasa curso con matrícula de honor… y corona de laurel.
    ““Soy todo. Sin mí no hay nada”. Trueno que en su clamor amordaza el reclamo de las alondras que viven en el pecho de una nuez, en el alma de un alma que flota en el agua.”
    “Río si la alegría me abraza, y si me elude, buceo en el gorjeo que esconde el mundo en una nuez de agua.”

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