Minificción. El arte de lo breve

La sesión del lunes, 27 de febrero, la dedicamos a la minificción. Hablamos de la estética de la brevedad, de cómo el microrrelato se ha abierto camino en esta sociedad apresurada que economiza palabras y vive con cierto vértigo, de la falta de acuerdo entre los teóricos del género por aglutinar los textos hiperbreves bajo un término que contente a todos.



Acudimos a un microrrelato para tratar de definir qué nos traemos entre manos. Se trata del texto "¿Qué es un microrrelato?" de Juan Sabia, publicado en la antología "Por favor, sea breve 2" de la editorial Páginas de Espuma:

La pregunta fue el detonante para poner en marcha su intelecto. Lo tentó el desafío de capturar la definición huidiza. Sus pensamientos, embarcándose en una cuenta regresiva, se engranaban como piezas de un aparato de relojería. ¿Sería un cuento en miniatura? Le ardieron las mejillas. ¿O un chiste repentino? Le sudaba la frente. ¿Reflexiones certeras? Las sienes le latían. ¿Prosa poética súbita? Se le nubló la vista. ¿Una ocurrencia breve? Un zumbido creciente se instaló en sus oídos. ¿Anécdota efímera, narración concisa? Un temblor imparable se generó en su centro. ¿Fábula rápida, relato precario, idea inesperada? En pleno arrebato, vivió con alivio de condenado a muerte su propia explosión.
Sonrió. Tal vez fuese esto: el detonante en la primer línea y, unos pocos renglones más abajo, el estallido imprevisto. Y se puso a escribirlo.

Andrés Neuman, en su libro de cuentos Alumbramiento dice: "La teoría en la que confío no viene antes, sino después de la escritura. No la planea, la va descubriendo. O quizás esa teoría se forme durante la escritura, como un cuaderno de bitácora de la asombrada práctica". Dejamos aquí unos buenos consejos de Andrés de su "Décálogo de un cuentista":

I.- Contar un cuento es saber guardar un secreto.
II.-Aunque hablen en pretérito, los cuentos suceden siempre ahora. No hay tiempo para más y ni falta que hace.
III.-El excesivo desarrollo de la acción es la anemia del cuento, o su muerte por asfixia.
IV.- En las primeras líneas un cuento se juega la vida; en las últimas líneas, la resurrección. En cuanto al título, paradójicamente, si es demasiado brillante se olvida pronto.
V.- Los personajes no se presentan: actúan.
VI.- La atmósfera puede ser o más memorable de argumento. La mirada, el personaje principal.
VII.- El lirismo contenido produce magia. El lirismo sin freno, trucos.
VIII.- La voz del narrador tiene tan poca importancia que no debe escucharse demasiado.
IX.- Corregir: reducir.
X.- El talento es el ritmo. Los problemas más sutiles empiezan en la puntuación.
XI.- En el cuento, un minuto puede ser eterno y la eternidad caber en un minuto.
XII.- Narrar es seducir: jamás satisfagas de todo la curiosidad del lector.


Tarea de escritura

Propusimos como tarea continuar los inicios de las historias que José Calero Heras propone en su libro "De la letra al texto. Taller de Escritura", editorial Octaedro:

1.- Me perdí en el bosque y se hizo de noche. Alguien o algo me tiró del bajo del pantalón...

2.- Cuando iba a meterlo en el horno, el pollo me miró a los ojos y me dijo: ¡Por lo que más quieras!...

3.- El acomodador del cine encendió su linterna. Un reguero de sangre apareció a nuestros pies y lo seguimos...

4.- Había llegado mi hora. Cerré los ojos y oí el chirriar de la guillotina al caer hacia mi cuello. Entonces...

5.- El maitre me invitó a la cocina, donde dos tipos me sujetaron mientras otro me echaba aceite, ajo y perejil...

6.- Toda la casa olía a azufre. El diablo estaba sentado en mi sillón, frente al televisor...

7.- Me quedé dormido en el taxi. Cuando desperté, estaba rodeado por cuatro indios sioux...

8.- La ancianita, sentada a mi lado en el autobús, se encendió un puro y, después de escupir en el suelo, le gritó al conductor...


Y estos son algunos de los trabajos recibidos hasta ahora:

La ancianita
La ancianita, sentada a mi lado en el autobús, se encendió un puro y, después de escupir en el suelo, le gritó al conductor…

-¡No vaya tan rápido!, ¡se está pasando de velocidad!

El conductor hizo caso omiso a sus palabras. Pensaba que hacía lo correcto con las personas que viajaban tranquilamente. La anciana sentía inseguridad, mezclada de tristeza y soledad. Pensaba en un posible accidente, pero no quiso insistir en la repetición de sus palabras, podría asustar a los viajeros, implicados en sus problemas diarios. Cuando llegó a la parada, tropezó con sus zapatos ajados. Afortunadamente salió ilesa. La pesadilla había acabado. Respiró profundamente hasta llegar a su casa, donde le esperaba Susi, su vieja gata.

Sofía Montero Martín
Grupo B


Nido, destrozado por el viento

Un nido descansa en las ramas de un árbol. La madre se posa al calor de sus huevos. Una ráfaga de viento huracanado troncha sus ramas. El nido cae destrozado. Los pájaros lloran junto a él. Entierran posibles vidas. Su vuelo, entristecido, descansa en la inmensidad del mar.

Sofía Montero Martín
Grupo B


Conflicto familiar
Adán encontró a Eva completamente vestida con otro hombre. El tipo lo amenazó con un plátano. Junto a Adán se hallaba su otro hijo, tan distinto a su gemelo Abel, quien, tras el divorcio de sus padres, había optado por vivir con su madre en la cueva del otro lado del valle. Aquella amenaza a un padre ya entrado en años, desató la ira de Caín, quien por un impulso irracional e incontrolable tomo del suelo una cagada de asno, se la lanzó y obligó a madre e hijo a retornar tras la línea que delimitaba su territorio.

La Historia, fundada en confidencias sin base sólida, transmitió la noticia a la humanidad como un asesinato. No tiene fundamento tachar de asesino a Caín, pues se da por cierto que de haberse celebrado juicio, el delito (de haber existido) ya habría prescrito.

Evaristo Hernández
Grupo B


Imagen primordial
Había llegado mi hora. Cerré los ojos y oí el chirriar de la guillotina al caer hacia mi cuello. Entonces hubo como un extraño deslumbramiento, tuve una sensación vertiginosa, aérea, y vi todo lleno de sangre mientras alguien gritaba desaforadamente. Ya en la cesta, me empezó a rodear gente que me miraba de hito en hito, haciendo muecas. Una mujer que parecía una reina rodeó mi cabeza con sus manos y la acercó a su seno majestuoso. Instintivamente, comencé a mamar.

Ignacio Aparicio
Grupo A


Amargo despertar
Me quedé dormido en el taxi. Cuando desperté, estaba rodeado por cuatro indios sioux que con mucha ceremonia me bajaron del automóvil y me colocaron en una silla colocada en unas andas. Así me llevaron por un camino polvoriento flanqueado por otros muchos indios que a nuestro paso elevaban una serie de gritos que más que un cántico parecía una estampida de búfalos. Mi angustia entró en conflicto: me llevaban a la muerte o a la gloria. El recibimiento en el poblado, fue apoteósico. Después de bajar de aquéllas andas, me colocaron en un trono majestuoso y comenzó un espectáculo extraordinario. Me coronaron con un penacho lleno de vistosas plumas, me dieron a fumar de una gran pipa, me dieron un cetro y comenzaron un rito danzando en torno a mí y cantando canciones con música de tambores formando en conjunto la más bella sinfonía en la que participaba incluso el relinchar de los caballos, me...

La explosión de un barreno en una obra cercana, me despertó. Todo fue un sueño.

Ramón Sánchez Rodríguez
Grupo B


Genio y figura

La ancianita, sentada a mi lado en el autobús, se encendió un puro y después de escupir en el suelo, le gritó al conductor:
-La rebeldía no tiene edad.

Luisa Sánchez Mayorga
Grupo B


¡Qué pollo más tierno!

Cuando iba a meterlo en el horno el pollo me miró a los ojos y me dijo:¡Por lo que más quieras! , soy el padre del pollito con el que juegan tus hijos y, en ese momento, me volví vegetariana.

Luisa Sánchez Mayorga
Grupo B


La casa
Toda la casa olía a azufre.El diablo estaba sentado en mi sillón, frente al televisor, veía la película "El diablo se viste de Prada" . Yo le observaba a distancia .Pidió una pizza y una Coca-Cola y cuando terminó de comer se quedó dormido. Yo me encerré en mi habitación, debía dormir , me esperaba al día siguiente un duro día de trabajo. Cuando desperté ,no estaban ni él ni el coche. Me dirigí rápidamente a la comisaría para hacer la denuncia del robo . El coche apareció a las pocas horas, me subí a el ,lo arranqué y en ese momento sonaba en la radio una canción de Estopa cuya letra decía "me han echado del infierno dicen que es que me falta un pecado".

África Gómez
Grupo A


14029
_ ¿Qué pasa, no has oído la alarma?, ¿Qué hacías, comías gominolas a dos carrillos?, parecía que te atragantabas. Jajá. ¡Arriba!_

Di un salto, ducha rápida y, ¡a prepararme! Hoy toca camisa blanca, traje, corbata y zapatos brillantes. En el autobús camino del Teatro Real, muchas sonrisa. Es el día de la ilusión, de los sueños, nosotros con cantar la bola del gordo y los demás con que fuera su número el cantado.

Me correspondió cantar el bombo de los números. Uno, otro y..¡14029! ¡Cuatro milloneees de eeuros!.Había que acercarse a la mesa, tenían que comprobarlo. ¿Qué pasó en ese pequeño trayecto? ¿Quién me puso la zancadilla?, caí al suelo, ¡vaya revuelo! todos buscando la bola, no aparecía, no sabían que la bola me la había tragado y ¡yo sin poder hablar!, quería sacármela, gesticulaba, llevaba las manos a la boca, ¡me ahogaba, me ahogaba!

Eso eran “las gomilonas”. Jajá

Di un salto, ducha rápida, hoy es el día 22 de diciembre.

Inés Izquierdo Pérez
Grupo A


Lotería Nacional Argentina
El niño que iba a cantar el gordo de la lotería tropezó y se tragó la bola.

El presidente tranquilizó a los jugadores:

— hay que “dar bola” a la boca del estómago y esperar, dijo.

Colocaron al niño con los pies para arriba para evitar que la bola siguiera su curso y los números se perdieran en la circulación sanguínea.
El presidente transmitió que las dos horas siguientes eran críticas e insistió en que la sala debía permanecer en silencio y con la atención puesta en los sonidos emitidos durante el proceso de la digestión.
A punto de “irse a pique” millones de ilusiones, comenzaron a oirse por toda la sala unos rugidos que cuando el niño logró modular, permitió a los asistentes escuchar con nitidez los cinco dígitos que componían el número ganador.

Antonia Oliva
Grupo B


El gallo de Morón
El maitre me invitó a la cocina, donde dos tipos me sujetaron me sujetaron mientras otro me echaba aceite, ajo y perejil; un tercero, el matarife, me eviscero con saña metiendo mano en mis entrañas por el orificio más recóndito de mi cuerpo.

Unas manos delicadas de mujer me aguijones con hierbas aromáticas e introduce limones y frutos secos en mi interior.

-Hora y media a 180 grados clama una voz áspera.

- ¿La comanda de la cuatro? Unas manos expertas vierten sobre mi un líquido urente y viscoso que me hace más atractivo.

Manos enguantadas me colocan sobre la mesa; los tenedores hienden mi carne; mientras en la televisión se oye una voz lejana que da cuenta de la desaparición en un restaurante de un crítico de la guía Michelin.

Lucio Gómez
Grupo A


No es lo que parece
Adán encontró a Eva completamente desnuda con otro hombre. El tipo le amenazó con un plátano
y Adán que miraba como Eva se desnudaba apresuradamente murmurando ¡Esto no es lo que parece! dio un paso adelante y cogiendo el plátano del tipo lo peló y se lo comió.

Beatriz Gorjón
Grupo A


La vuelta al día en 80 mundos
Érase una vez el día de la lotería de navidad. El salón repleto. Ese año ocurrió algo insólito nunca antes visto ni oído. El niño que iba a cantar el gordo de la lotería tropezó y se tragó la bola. Del susto tan tremendo y monumental el chiquillo empezó a inflarse y elevarse, elevarse e inflarse a ritmo vertiginoso, hasta desaparecer en los espacios siderales para asombro de todos los presentes, televidentes y oyentes que aún a día de hoy siguen sin encontrar explicación. La comunidad científica tampoco ha conseguido aportar nada para esclarecer los hechos ni despejar incógnitas. ¡Y el premio gordo sigue sin dueño!

Mª Nieves Martín Magdalena
Grupo B


Confrontar la realidad 

Había llegado mi hora, cerré los ojos y hoy el chirriar de la guillotina al caer hacia mi cuello. Entonces desperté, y reflexioné pausadamente, sólo era el abrir y cerrar del objetivo.

Alfredo Domínguez
Grupo B


Mi hora

Había llegado mi hora. Cerré los ojos y oí el chirriar de la guillotina al caer hacia mi cuello. Después de haber estado echado en la cama, me levanto con el dolor de cuello y dolor de espalda, me dirijo a la cocina para coger hielo para aliviar el dolor. Al cabo de un rato salgo de casa para pasear por los alrededores del pueblo, mientras estoy paseando oigo a un niño que esta paseando el perro y está chirriando. El niño se queda perplejo por lo que acabo de ver y se va corriendo. Y yo me pregunto por qué se va corriendo si no ha echo nada malo.

David Álvarez
Grupo B


A quien madruga, Dios le ayuda

Toda la casa olía a azufre. El diablo estaba sentado en mi sillón, frente al televisor. Me froté los ojos y miré la hora, medio dormido. Eran las 6.36, aún no había sonado el despertador. “¿Tenías que madrugar justo hoy?”, dijo. Me taladró con la mirada y, rojo de rabia, se desvaneció. Di gracias a Dios, en silencio.

Beatriz González
Grupo B



Bomberos en acción

Toda la casa olía a azufre. El diablo estaba sentado en mi sillón, frente al televisor. Sonreía, disfrutando del flamígero espectáculo. Rechiné los dientes con rabia. Me ajusté la mascarilla y las gafas de seguridad. Apreté la manguera y encañoné al maldito pirómano con un chorrazo de agua helada.

Beatriz González
Grupo B



Stop desahucios

Toda la casa olía a azufre. El diablo estaba sentado en mi sillón, frente al televisor, cansado de esperar. Al verme, se levantó sin soltar el maletín.
-¿Juan Pérez?- Asentí con la cabeza.- Soy abogado, estoy aquí en nombre del banco. Esto es un desahucio: recoja sus pertenencias y márchese.
- Espere un momento, hagamos un pacto. – propuse mientras le tendía la mano.

Beatriz González
Grupo B
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Pesadilla persecutoria

Me perdí en el bosque y se hizo de noche. Alguien o algo me tiró del bajo del pantalón…
- ¡Hay que ver! ¡Eres un desastre! ¡Recién estrenados y sin arreglar! ¡Si no fuera por mí!
Mi madre, preparada con aguja e hilo, me subía el dobladillo.

Toñi Martín del Rey
Grupo B


Minificción

El maitre me invitó a la cocina, donde dos tipos me sujetaron mientras otro me echaba aceite, ajo y perejil..
No entendía como al mejor pollo picantòn del corral, se le podía tratar con tanta crueldad. Enseguida, comprendí que el trato especial que había tenido últimamente en la comida, no era por ser el más guapo, sino porque mi carne era muy apetitosa.
Todas las semanas desaparecían del corral los pollos más atléticos; nos decían iban a unos campeonatos nacionales, pero ninguno volvía para contarnos como les había ido.
Me hice el muerto, mientras estaba espatarrado y tendido cerca de los fogones; los cocineros tomaban café, y aprovechando que la puerta de la cocina estaba abierta, salir pitando, y al día de hoy no he vuelto ni a mirar para atrás.

Luis Iglesias
Grupo B


Minificción
El maitre me invitó a la cocina, donde dos tipos me sujetaron mientras otro me echaba aceite, ajo y perejil..
¿Aceiteajoperejil? ¿ Qué mezcla era aquella tan fugaz? ¿Acaso me iban a cocinar?
Era la mezcla exacta para poner a freír el fuego con los ingredientes necesarios.
Quería despertar de esta horrible pesadilla.

Iria CostaGrupo B


En conjunto

Estoy hecho de partes de muchos, aunque los sentimientos de cada uno los desconozco por completo. Me gustaría poder comprenderlos en conjunto.
Con amor, Frankestein.

Iria Costa
Grupo B


Perdido en el bosque

“Me perdí en el bosque y se hizo de noche. Alguien o algo me tiró del bajo del pantalón”; a pesar de mi agudeza visual no distinguí a acertar sobre la naturaleza de lo que me había retenido pero sí escuché risitas y murmullos juveniles que se movían aquí y allá, como jugando conmigo al escondite.
Al sentir que varias manos– no sabría decir cuántas- comenzaban a recorrerme mucho más allá de lo que es educado nombrar, decidía abandonarme sin más preguntas.
Cuando los primeros rayos de sol comenzaron a despertar mi cuerpo desnudo, no sentí a nadie a mi alrededor. Solo unas voces que se alejaban mientras decían: “definitivamente, los lobos de los cuentos ya no son lo que eran”.

Javier Portilla
Grupo A


El dátil y la pluma de ganso

Adán encontró a Eva completamente vestida y con otro hombre. El tipo le amenazó con un plátano y Adán, el anciano de los días, les ofreció una pipa de agua que sacó de su costado roto. Fumaron en silencio durante siete días. Los días se hicieron años y los años, siglos.  Finalmente, el tiempo se detuvo en una semilla de paraíso: un dátil. En su interior florecía un jardín de palabras. La combinación de sus voces era infinita. Todas olían a  vida. Su savia no se pesaba en el fiel de una balanza maniquea. Ni bien, ni mal, ni sabiduría. Cualquier árbol era noble. En su corteza no anidaban las escamas del recelo. Su médula desconocía la caspa de la sospecha. De repente, una manzana devoró la piel de una serpiente. Cuando el ofidio quedó completamente desnudo y vomitó su veneno, la lengua bífida que le caracteriza se unió de forma anómala. Más que lengua parecía pluma de ganso. Una ligera brisa la desprendió de su boca. Ascendió y descendió abrazada al viento Shamal. Cuanto este cesó, cayó con suavidad en la superficie del desierto, y sin que nadie la manejara escribió: "Al principio fue la carne, y en ella todo era."

Ana Isabel Fariña
Grupo B

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